Este castillo, situado en la localidad de Peracense (Teruel), es de los mejor conservados de Aragón. Aprovechó la topografía natural del terreno para su asentamiento, construyéndose sobre una formación rocosa de rodeno fuertemente escarpada. El emplazamiento ha sido ocupado desde finales de la Edad de Bronce, pero no es hasta la Baja Edad Media cuando se acrecienta su importancia estratégica por su posición limítrofe entre los reinos de Castilla y Aragón. Posteriormente el castillo se amplió y reformó, convirtiéndose en uno de los puntos fuertes del Reino de Castilla.
Este inmueble consta de tres recintos amurallados, cuyas características constructivas son diferentes:
El proyecto de restauración llevado a cabo en 1987 fue financiado por la Diputación General de Aragón. Los criterios seguidos han sido los de mínima intervención, identificación de los recrecidos sobre las fábricas originales, a base de rejuntados y talla de la piedra, y el seguimiento arqueológico. En las antiguas Caballerizas se implantó la sala de exposiciones, tienda y aseos y en las antiguas Estancias de la tropa el museo y una sala de actividades.