El Plan de restauración Global de las Murallas de Toledo, desarrollado por el autor, fue auspiciado por el Ayuntamiento de Toledo, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Fundación Caja Madrid a partir de 1995. La Memoria General de Intervención que se redactó priorizaba las tareas de conservar, restaurar y consolidar por sectores y puertas los restos de este conjunto monumental, con el propósito añadido de profundizar en su conocimiento e historia. En base a lo anterior se establecieron unos principios sencillos para su mantenimiento posterior. La Memoria General fue redactada por un equipo multidisciplinar y permitió junto con la información proporcionada por las analíticas realizadas y las excavaciones arqueológicas, contar con una sólida base científica para acometer la restauración. Una vez definidos los criterios a seguir basados principalmente en el respeto a las fábricas originales evitando la adición de elementos y manteniendo la armonía con las intervenciones llevadas a cabo, se dividió el conjunto en 6 sectores coordinados entre sí, estableciéndose las siguientes premisas:
El esfuerzo de las actividades de restauración se intensificó en las puertas fortificadas de la ciudad.
En la Puerta de Bisagra Nueva se recuperaron sus estancias interiores y disposición, habilitándola para sede de la Escuela-Taller de las Murallas de Toledo y datando y documentando su pasado islámico. Estas actuaciones de conocimiento y diagnóstico del conjunto culminaron con el excepcional hallazgo de la antigua puerta medieval del Vado junto a la actual Puerta Nueva, en el interior de una torre rectangular junto a la torre Almofala. El conjunto de la intervención fue objeto de una publicación monográfica, sufragada por la Fundación Caja Madrid.
